Hay algunas situaciones de acoso donde puede llegarse a confundir acoso sexual y mobbing al tener ambas una estrecha relación. Y es que, aunque ambas tienen cosas en común, la mayoría de los expertos están de acuerdo en considerarlas fenómenos radicalmente diferentes.
Por un lado, en el acoso sexual la satisfacción sexual es el objetivo y el acoso se convierte en el medio para conseguirlo. Por ello, la confusión aparece cuando nos encontramos casos de acoso laboral con acoso sexual.
La diferencia radica en que, en estos casos, el acosador no busca obtener favores sexuales de la víctima, sino que utiliza la sexualidad como instrumento para controlarla, humillarla, intimidarla o degradarla. El objetivo aquí es el acoso laboral y la sexualidad es un medio para conseguirlo.
Ya sea a través de observaciones y comportamientos sexistas y bromas de contenido erótico, sexual o pornográfico. El objetivo que tiene realmente el acosador no es conseguir sexo con la víctima sino el de crear a su alrededor un clima humillante y vejatorio que le afecte a nivel psicológico.
Cómo saber si nos Encontramos con un Caso de Mobbing en el Trabajo
Algo muy similar le pasó a una amiga en su trabajo que le llevó, por desconocimiento, a alargar el acoso más tiempo, al no ser capaz de detectarlo antes.
Y es que, puede que una de las características más peligrosas de este tipo de acoso es lo difícil que es detectarlo, puesto que se camuflan en “supuestas” bromas, comentarios aparentemente inofensivos que van sumándose día tras día y minando la confianza y autoestima de la víctima.
Por ello, es interesante contar con recursos y herramientas para no encontrarnos con la guardia baja y poder detectar y prevenir este tipo de situaciones tan desagradables.
Iñaqui Piñuel, experto en acoso laboral y profesor de la Universidad de Alcalá de Henares, ha publicado un libro con el título de “Cómo sobrevivir al Acoso psicológico en el Trabajo” donde enumera los indicios por los que un empleado puede sentirse víctima de mobbing, de hecho, el mobbing es considerado un delito penado con hasta 2 años de prisión.
De hecho, fue al haber leído este libro y ser confidente de lo que le pasaba a mi amiga que tuve claro que era víctima de un caso de mobbing con acoso sexual.
Mi amiga llevaba varios meses comentándome una serie de actitudes de lo más extrañas por parte de su jefe desde que ella le había rechazo en una cena de empresa.
Al parecer todo empezó de forma muy gradual. De hecho, mi amiga tardaría en ser consciente de que el hecho desencadenante fue que se había negado a enrollarse con el que se convertiría en su acosador durante los siguientes meses.
A partir de esa cena la actitud de su jefe hacia ella cambió, pero al principio eran pequeños detalles, a penas imperceptibles si no lo conocías bien. Empezó a ser mucho menos directo y claro a la hora de comunicarse con ella, en ocasiones ni le hablaba y evitaba reunirse con ella.
Siempre que había reuniones y mi amiga trataba de dar su opinión él la interrumpía y parecía que había empezado a hacer correr rumores sobre ella, aunque sería mucho más tarde cuando ella se enterara de que su jefe había ido diciendo que era muy competitiva y que había intentado pedirle un ascenso si se acostaba con él.
Todos en la empresa le habían creído y varios compañeros empezaron a hacerle el vacío. A veces su jefe la dejaba sin ningún trabajo que hacer y luego le acusaba de no hacer nada o de que era una perezosa.
También empezó a encargarle tareas que iban en contra de sus principios y que él sabía que iban a hacerla sentir mal al verse obligada a hacerlas.
La situación duró varios meses, ya que mi amiga no había sido capaz de identificar que estaba siendo víctima de mobbing. Cuando los comentarios empezaron a ser más sexistas, empezó a venirse abajo y fue entonces, cuando decidió contarme lo que le ocurría.
