Hace unos días, buscando ideas para mejorar mi negocio, me di un paseo por la red, y vi muchos sites, pero me fijé concretamente en la página web de la Azkue Fundazioa, que ofrece productos digitales atractivos y útiles porque impulsa el euskera de forma innovadora, utiliza las nuevas tecnologías, y porque tiene una amplia red de trabajo en equipo. Gracias a esto mejoran muchos proyectos de sus clientes y me pregunté si no podría ser esta una forma de dar vida a muchas empresas: con la red y los idiomas.
Y es que muchos empresarios todavía no se han dado cuenta de que ahora mismo el mundo se ha vuelto completamente digital y que debemos lanzarnos hacia esa conquista si queremos sobrevivir. Es más, os voy a poner un ejemplo muy práctico que viví yo misma esta semana. Resulta que estoy buscando un manual de estilo del castellano que es bastante caro, alrededor de 60 euros si lo compras nuevo. Pues bien, mi intención era adquirirlo de segunda mano, así que me di un paseo por la calle Libreros de Madrid, donde hay muchas librerías que compran y venden manuales educativos. Por desgracia mi paseo fue en balde, ya que ninguna de ellas lo tenía, pero yo me pregunté: ¿qué sentido tiene el venir hasta el centro de Madrid y moverme en medio de todo el lío de gente cuando simplemente puedes actualizar tu página web y poner en ella un catálogo de los libros disponibles para que lo consultemos los potenciales compradores?
Pues bien, he aquí la primera lección para todos aquellos que desean que su negocio funcione y funcione mejor: hay que usar internet. Se trata posiblemente de una de las principales sino la más importante revolución de nuestra época, y está ahí para hacer servicio de ella. Vivir al margen de la misma no nos traerá más que problemas y lo que es mucho peor, el desconocimiento por parte de los clientes. Y es que eso es una verdad irrefutable, todo lo que no está en internet no existe para la sociedad. Y con el paso del tiempo será algo más totalitario si cabe ya que los jóvenes usan esta herramienta de una forma mucho más habituales que quienes ya tienen unos años.
Si salimos a cenar, muchas consultamos ya las mejores críticas de los restaurantes, incluso reservamos a través de aplicaciones la mesa para no tener que esperar. Si vamos al cine, no queremos hacer colas y compramos las entradas a través de internet. Incluso si estás amueblando tu casa, ya no vas a las mueblerías por azar a ver si encuentras algo de tu gusto, sino que te decantas por visitar sus páginas web (aquí he de decir que mi favorita por ser la más completa es la de Círculo Muebles) y ya si te viene bien te pasas a verlos después, cuando ya los has elegido, o incluso los adquieres directamente a golpe de clic.
Los tiempos han cambiado y debemos empezar a asumirlo y no quedarnos atrás, ya que el mundo no va a hacer esa vuelta al pasado que anhelamos y que quizás vemos más cómodo porque no tenemos que asumir conocimientos nuevos. Pero ¿qué es mejor, aprender a usar el navegador del coche o perdernos por no tener esta tecnología?
Los idiomas también impulsan nuestro negocio
Pero como os decíamos al principio, en concreto con el caso del euskera, los idiomas son también claves en este sentido para potenciar cualquier negocio, relacionándolos con el uso de la red. Y es que si la red sirve para darnos conocer, es también un vehículo con el que podemos llegar a cualquier parte del mundo, ya que internet no conoce fronteras. Si damos a los potenciales clientes la posibilidad de que consulten nuestra web en su idioma para ponérselo más sencillo, conseguiremos atraer a más personas con las que posiblemente llegaremos a hacer negocio. Este sencillo ejemplo que os ponía antes de unas librerías que no tienen un catálogo online disponible, nos sirve también para explicar esto gráficamente. Poneos en el caso de que seáis alumnos Erasmus y buscáis algún libro de vuestro país para los ratos libres, pues en una web de otro país lo podéis importar si os ayudan con el idioma.
En definitiva, dos factores sencillos con los que impulsar vuestro negocio y que no costará mucho implementarlos en comparación con los potenciales beneficios a obtener.