A estas alturas de año, todos los trabajadores empiezan a pensar en todo lo que tiene relación con la navidad. Para los empleados, la navidad significa, en muchas ocasiones, hacer cábalas para agotar los días de vacaciones faltantes, cobrar la paga extraordinaria o recibir la clásica cesta de navidad. Los empresarios suelen guardarse para estas fechas señaladas algún regalo. En algunas empresas incluso es típico de estos días navideños que los jefes hagan algún regalo (algún pequeño detalle) a los empleados. Hoy vamos a dar una pequeña idea para los mandatarios de las pequeñas y medianas empresas. Una empresa de la que no daremos el nombre por discreción regaló las navidades pasadas pulseras de plata de ley a cada uno de sus empleados, tanto hombres como mujeres. A priori puede parecer un regalo cuyo precio se eleve demasiado en el presupuesto. Sin embargo, si hablamos de pequeñas y medianas empresas, con un número de empleados por lo general no muy alto, el coste total de la operación no ascenderá mucho. Y el detalle sí será tomado muy en consideración por la plantilla. Así lo atestiguan las reacciones del equipo de dicha plantilla al recibir sus presentes navideños el año pasado. Nadie se esperaba un regalo que fuese más allá de la típica cesta navideña de productos, por ejemplo; por eso cuando el jefe llegó con esa pequeña caja y todos recibieron la pulsera, la sorpresa fue mayúscula y el agradecimiento notable.
El trabajador, por lo general, no tiene mucha fe depositada en sus jefes. Por norma general el día a día les lleva incluso a ni siquiera conocerlos. Esta actitud basada en el recelo hacia la figura del empleador por parte del trabajador viene dada muchas veces por el hecho de que el propio empresario no se preocupa de conocer lo que tiene en su empresa. El reciente programa televisivo El jefe infiltrado, emitido una noche a la semana en La Sexta, es un buen ejemplo de cómo esto incide en la opinión de los trabajadores hacia la empresa y la firma que los mantiene contratados. En muchos casos, el desconocimiento de la figura del jefe, perdida entre subalternos hasta el infinito, propicia que el trabajador no sepa ni quien es la persona que se encuentra en la cúspide de la pirámide de la que él es un peón, es decir, ni más ni menos que la base. El rendimiento y la imagen que se adquiere de la empresa cuando se conoce de primera mano a sus dirigentes, y sobre todo cuando estos se muestran como personas cercanas al trabajador y preocupadas por él y por sus problemas, es radicalmente distinta al escenario opuesto, cuando nadie se preocupa de su plantilla.
En este sentido, puede parecer una tontería, pero nada más lejos de la realidad: hacer un pequeño regalo en una fecha señalada como el aniversario, las navidades o cualquiera que se nos ocurra puede favorecer que el clima de trabajo y la identificación sean mucho mayores. Algo que, evidentemente, se traducirá en resultados, lo que nunca deja de ser el objetivo último de cualquier entidad comercial. El caso mencionado anteriormente es solo el ejemplo que permite que los jefes echen su mente a volar. ¿Qué podemos regalar a nuestros empleados? Cualquier detalle será agradecido, pero es cierto que hay que buscar regalos que no distingan mucho entre mujeres y hombres, entre jóvenes y adultos o cualquier otra brecha que se pueda abrir. Aunque, también se puede hacer una pequeña diferenciación, sin que el detalle cambie significativamente. Otro de los puntos importantes es que el precio no ascienda mucho. La cuestión es tener un pequeño detalle. Como ejemplo, se pueden regalar relojes, una prenda que encontramos tanto para hombre como para mujer de igual manera. Se pueden, por otra parte, buscar (siempre teniendo en cuenta que hablamos de ejemplos) páginas web para comprar colgantes de plata online. En este caso también hay modelos para hombres y mujeres, y además, al hacerlo por internet, el precio será mucho más ajustado.
En definitiva, da igual cuál sea el detalle, pero el consejo del regalo puede servir para incidir de golpe en la imagen interna de la empresa y en la productividad de la plantilla.