No cabe duda de que las mujeres demuestran tener una preocupación especial por su manera de vestir y las prendas que usan. Soy de la opinión que esta primera frase es conocida por toda la sociedad pero que existe muy poca gente capaz de explotar un negocio como el que este supone.
Muchas mujeres suelen quejarse de que la ropa que verdaderamente resulta glamurosa y que de veras les interesa es cara. Este es el principal motivo por el cual no todas tienen acceso a ese género y solo se animan a comprar en época de rebajas. Por eso, conseguir ropa de calidad sin que ello suponga un desembolso económico demasiado severo para el bolsillo es fundamental para tener éxito en el negocio de la moda femenina. En contra de lo que muchas personas piensan o intuyen, conseguirlo puede ser muy fácil.
Mi caso personal así lo demuestra. Estaba convencido de que podía dedicarme a la venta de ropa femenina. Conozco el mercado, los productos y las necesidades de muchas mujeres y esto me llevaba a valorar la posibilidad de abrir una tienda en Madrid, algo que finalmente conseguí llevar a cabo hace aproximadamente un par de años.
El modelo de negocio estaba claro: se vendía ropa femenina de todo tipo, desde vestidos de gala hasta ropa interior. Este modelo tenía grandes ventajas y algunos inconvenientes que sin embargo podía corregir. Por un lado, la amplitud de mi público objetivo se agrandaba y se multiplicaban mis posibilidades de éxito. Por otro lado, y haciendo uso del refrán que asegura que “el que mucho abarca, poco aprieta”, corría el riesgo de convertir la tienda en algo superficial y que no pusiera el foco sobre ninguna gama de productos en especial.
Durante todo este tiempo he luchado con mis empleados y asesores para evitar esa situación. Hemos tratado de adquirir los mejores productos de cada tipo y, grosso modo, lo hemos conseguido. Sin embargo, no ha sido una tarea fácil porque, para el caso que atañe a la ropa interior, no teníamos claro a qué entidad acudir para obtener el género de la mejor calidad posible.
Las dudas se disiparon cuando conocimos Lencería Paqui, una entidad encargada de poner a la venta la ropa interior más glamurosa que había visto en mucho tiempo. Había tenido conciencia de su existencia gracias a Ana, una de mis trabajadoras, que solía visitar la tienda con asiduidad y que siempre había terminado contenta con el producto y el servicio que le ofrecían. Esta era una alternativa más que saludable para conseguir el mejor género para mi negocio.
Gran éxito de ventas
La opción que habíamos elegido iba a ser el principal argumento para que nuestro negocio comenzara a funcionar de una manera impresionante. Aumentamos las ventas en todos los aspectos, pero especialmente destacable fue el repunte de popularidad que obteníamos del tipo de lencería que ofertábamos. A las clientas les encantaba ese género y encontraban en nosotros la manera de obtenerlo de una manera cómoda y barata.
Aunque el negocio no dependía en exclusiva de la lencería, es cierto que los ingresos extra que nos permitió ofertarla fue imprescindible para garantizar la salud y la continuidad de la tienda. Este género se convirtió en el que más dinero nos dejaba y, además, en el que solíamos destacar sobre nuestra competencia. Una auténtica revolución que había llegado de la mano de un proveedor como Lencería Paqui.
Un proveedor que, como ha ocurrido en nuestro caso, ha contribuido enormemente a darle sentido a nuestra idea y a desarrollar un modelo de emprendimiento del que nos sentimos especialmente orgullosos. Por desgracia no existen para todas las prendas de ropa una entidad tan fiable como en la que confiamos para ofertar la mejor lencería del mercado. De ser así, creo que la tienda aumentaría enormemente su potencial.