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Empieza tu negocio en tu propia casa

Hoy quiero compartir con vosotros mi experiencia sobre cómo comencé mi negocio, ya que creo que lo hice de una manera simple, con muy poco dinero, y sobre esta base he conseguido prosperar. Yo comencé en casa, con un pequeño ajuste en mi apartamento que me quedó impecable gracias a la ayuda de la empresa Reformas Martí. Estaba claro que no tenía dinero para comprar ni alquilar un local durante mucho tiempo, pero de mi etapa de asalariada había conseguido comprarme un pequeño apartamento en el centro de mi ciudad, y de ahí tendría que partir la idea.

Yo soy arquitecta, la profesión que me gustaba desde niña, y tras estallar la burbuja inmobiliaria el trabajo comenzó a decaer y los estudios empezaron a prescindir cada vez de más gente para poder mantenerse a flote, ya que muchos de nosotros no éramos necesarios porque no había tantos proyectos.

Montar mi propio estudio por mi cuenta en un principio me pareció algo complicadísimo, se me antojaba imposible, pero mi padre me sugirió acogerme a las tarifas reducidas para los primeros meses de jóvenes autónomos y comenzar en mi propia casa con pequeños trabajos. Y así lo hice.

Lo primero fue montar mi propio espacio, para lo que me ayudaron en Reformas Martí y a un gran precio, todo hay que decirlo. Pedí permiso a la comunidad y amplié la ventana de una habitación que usaba como cuarto de invitados y trastero a la vez. De esta forma, tenía mucha más luz para mi mesa de estudio. Añadí también unos colores agradables y unos muebles de diseño que diesen personalidad a la estancia, así que como un pequeño espacio donde recibir clientes ganándole unos metros cuadrados al salón, de donde desplacé el tabique. Mi salón tenía una amplitud suficiente como para quedarse más pequeño y seguir siendo confortable, pero el despacho precisaba de unos metros que les diesen una habitabilidad y sensación de fortaleza a los clientes.

oficina
Muchos profesionales podemos empezar a emprender desde casa.

Con un espacio montado y una gestoría buscada para llevarme toda la cuestión administrativa, comencé a buscar clientes. Al principio, ya se sabe, entre los conocidos. Amigos de unos amigos, familiares… Y con el boca a boca y aplicándome mucho en estas tareas primeras logré ir aumentando mi cartera de clientes y tirar hacia delante cubriendo gastos y empezando también a ganar dinero a los pocos meses.

Ahora, un par de años después, he alquilado el local de debajo de mi casa, que también me lo han arreglado los compañeros de Reformas Martí, quienes me ayudan además con algunos trabajos que hacemos en la empresa, y he llegado incluso a contratar a una de mis compañeras de carrera que se encontraba en una situación similar de empleo a la mía.

Y todo con inversión inicial muy pequeña que muchos nos podemos permitir, o incluso con la ayuda de nuestros padres. Una gran idea para los profesionales que pueden ejercer desde casa, algo que se está extendiendo cada vez más en algunos sectores y que tiene grandes beneficios para las urbes más importantes como Madrid, donde ayuda a mejorar el ambiente y a liberarlo de la contaminación que producen los coches al desplazarnos a las oficinas.

 

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