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Cómo vender un buen contrato

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Cerrar negocios es a veces mucho más un juego digno del mejor comercial y publicista que de un gran empresario que tiene un producto inigualable y al mejor precio y eso lo sabemos todos. Por ejemplo, llevarse a un posible proveedor a tomar una copa en mar abierto mientras le pones el contrato delante siempre es un aliciente. Alquilar un barco en Ibiza y saber cómo utilizarlo para obtener beneficios puede ser todo un acierto. Alquiler de Yates en Ibiza & Barcos Barcelona S.L., son un grupo de empresas creadas por directivos con más de 20 años de experiencia empresarial en el sector del chárter náutico que podrán ofrecerte exactamente lo que necesitas.

Hace algunos años, bastantes creo, los directivos se llevaban a los altos mandos de otras empresas con los que querían hacer negocios a una cena muy especial en diferentes night-clubs. Eso, que yo sepa, cada vez se lleva menos, aunque nunca se sabe, pero agasajar de ese modo a los futuros empresarios que pueden darte el dinero que necesitas siempre es y será un punto a tu favor.

Y es que actualmente cerrar tratos es cosa prácticamente de magia, la magia del comercial. Antes, si te interesaba lo que te proponían tanto por precio como por servicios o productos firmabas y punto pelota. SI bien es verdad que siempre ha jugado un papel importante el regateo y ese toque comercial lo que ocurre ahora es impresionante. Puedes llevar mejores precios y mejores productos que tu vecino pero como no sepas venderlo te vas a quedar de brazos cruzados en la oficina lloriqueando por el contrato que ha conseguido él que es el mismo que se te ha escapado a ti y encima te preguntarás por qué ha ocurrido. Pues es muy sencillo: ahora lo que vende no es sólo la calidad sino también el cómo lo vendas y qué prometas a cambio.

Obviamente, el que no juega en la liga superior, tiene que modificar lo que ofrece y el cómo lo ofrece pero el resultado debería ser el mismo. Por ejemplo, vayamos a algo muy básico. En toda las ciudades y pueblos hay un día en las fiestas en el que siempre se hace una ofrenda floral a la virgen o algo por el estilo y casi todas las floristerías luchan por conseguir los mejores contratos porque el beneficio que se puede conseguir ese día supera, a lo mejor, a las ventas que realizas en los tres o cuatro meses siguientes juntos. Ese pequeño empresario no va a llevarse al alcalde del ayuntamiento o a los presidentes de las asociaciones a tomar una copa en un yate de lujo en Ibiza para conseguir la firma del contrato pero a lo mejor sí que puede invitarlo a su establecimiento y mostrarle el producto mientras le ofrece una copa y un aperitivo mientras le da un pequeño tour explicándole los beneficios que tendría contratarle a él y no a otro florista. Y así ocurriría con todos los negocios.

Y es que hoy en día hay que ser muy pícaro y saber venderse porque a todos nos gusta que alguien nos dore la píldora de vez en cuando y la diferencia puede radicar en ello.

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