Cada vez hay más emprendedores y eso es, sin duda, una grandísima noticia para nuestro país. Por fin se ha instaurado una mentalidad emprendedora, en cierto modo propiciada por la crisis económica y laboral que atravesamos desde el año 2007. Y ahora, surgen los nuevos problemas del emprendedor. Aunque parezca mentira, uno de los más difíciles de solucionar es el del espacio. ¿Dónde realizamos nuestra actividad?, ¿dónde nos establecemos como entidad?
La inmobiliaria Fresno ofrece algunas alternativas relacionadas con pisos y viviendas que podrían servir para instalarse como sociedad. No es ninguna tontería barajar las posibilidades que ofrece el suelo de un apartamento para establecerlo como sede jurídica y centro de operaciones de nuestra compañía. Sobre todo si en ella no vamos a realizar actividades que impliquen manufacturas, manejo de mercancías pesadas, ruidos y otro tipo de incidencias de las que el resto de vecinos podrían quejarse. Seguro que en más de una ocasión hemos visto la típica vivienda reconvertida en empresa. No es tan raro, nunca lo ha sido, pero en los últimos tiempos, con el crecimiento tan brutal experimentado por las pequeñas y medianas empresas, cuyo florecimiento ha sido grande y progresivo, la opción se ha instaurado como una de las favoritas.
Reconvertir un piso en oficina
Es relativamente sencillo establecer la actividad comercial de una pyme en un piso franco. Aunque sus habitaciones están predeterminadas para acoger la rutina y la vida interior de una familia, pareja o grupo, también se pueden reconvertir con cierta ligereza en una oficina al uso. Lo más habitual es que, en estos casos, una vivienda acabe reconvertida en un estudio o emisora de radio provincial o local, en una pequeña clínica de nutrición y salud o en cualquier empresa pequeña que no precise de un espacio y un aislamiento específico para su actividad. ¿Quién no se imagina una empresa de impresión de camisetas, de fabricación de detalles de regalo o qué sabe nadie en una vivienda de las afueras, o incluso del centro de Madrid?
El tipo de vivienda es, evidentemente, estudiable y adaptable a cada tipo de tarea. O al menos, debería de serlo. Uno de los principales principios del emprendimiento es el del ahorro en costes innecesarios y superfluos, por lo que no tendría sentido gastar más presupuesto del necesario en hacernos con el alquiler o la compra de un espacio de actividad demasiado suntuoso. Además, ¿para qué vamos a querer un chalet o un piso con muchos metros cuadrados si, a lo mejor, nuestra actividad precisa de menos de la mitad? ¿Hemos pensado en que el resto del dinero podríamos invertirlo en otro tipo de máquinas, mejoras o incluso incentivos empresariales para los empleados o la propia entidad?
A menudo se tiende a asociar el emprendimiento con una gran superficie en forma de nave industrial cuando en realidad todo puede llegar a ser mucho más sencillo. No es casualidad –aunque tampoco es extrapolable al caso de nuestros emprendedores españoles– que buena parte de las empresas de Silicon Valley se hayan empezado a desarrollar en viviendas o pequeños espacios habitables como los garajes (quizás en este momento todos los lectores estén pensando en el fundador de Apple, Steve Jobs, que junto a Steve Wozniak fundó y comenzó a erigir su compañía en un garaje). Las empresas del mayor jardín tecnológico de Estados Unidos son un buen espejo en el que mirarse, ya que van a cerrar el año con grandes números y perspectivas para el 2016.
En este sentido, tampoco es casualidad que buena parte de las empresas nuevas creadas por jóvenes con talento y ganas de innovar tengan su hogar en el ámbito de la tecnología, los dispositivos móviles y las apps para los mismos. Y en estos casos, ¿creéis que no se puede establecer una oficina en una pequeña vivienda acondicionada? Nuestro consejo es, antes de lanzarse a adquirir una oficina, valorar todas las opciones. Y desde luego que, en este caso, en el que entran en juego pequeñas empresas de muy poco personal, la opción de instaurar la entidad en el suelo de un piso en la ciudad o localidad deseada no es, para nada, descartable. ¿Quién sabe si en unos años dirán: “empezaron su actividad en un pequeño apartamento”?