Cuando el agua que sale del grifo suele haber pasado por procesos de tratamiento previos, pero eso no significa que esté completamente libre de sustancias indeseadas.
Es de ahí de donde surge la necesidad de contar con algún sistema de filtración en casa.
¿Qué significa filtrar el agua?
Filtrar el agua es el proceso mediante el cual se eliminan o reducen los contaminantes presentes en el agua de consumo. Estos contaminantes pueden ser de origen natural o pueden haber sido añadidos durante el recorrido del agua hasta nuestra vivienda.
La función de un filtro es captar partículas, microorganismos, químicos y otras sustancias que, en muchas ocasiones, no podemos ver a simple vista pero que pueden afectar nuestra salud si se consumen en grandes cantidades o de forma prolongada.
Los instaladores y técnicos de mantenimiento de equipos de filtración, osmosis inversa y descalcificación de aguas tanto para uso doméstico como industrial de Agua Controlada nos comentan que los filtros de agua son una de las soluciones más accesibles para lograr esta limpieza. Estos dispositivos actúan como una barrera entre el agua que tomamos y las sustancias que podrían ser perjudiciales, reduciendo su presencia y mejorando tanto el sabor como el olor del agua.
¿Qué contaminantes pueden estar en el agua potable?
Aunque el agua de la red pública suele pasar por tratamientos, en su trayecto hasta el hogar puede recoger impurezas y contaminantes. Vamos a enumerar algunos de los contaminantes más comunes en el agua de consumo doméstico y por qué pueden ser peligrosos.
- Cloro y sus derivados: El cloro es utilizado para desinfectar el agua y eliminar bacterias y virus, pero en altas concentraciones puede resultar nocivo. Su ingesta prolongada se ha asociado a problemas de salud como irritación en la piel y trastornos digestivos, además de darle un sabor y olor desagradable al agua.
- Metales pesados: El plomo, el mercurio, el arsénico y el cadmio son algunos de los metales pesados que pueden estar presentes en el agua. Estos metales suelen proceder de tuberías viejas o del suelo donde se filtra el agua antes de llegar al grifo. La exposición prolongada a metales pesados puede causar daños en los riñones, problemas neurológicos y otros trastornos de salud.
- Microorganismos: Aunque el agua potable en la mayoría de los países es sometida a desinfección, no siempre es 100 % efectiva, y ciertos virus, bacterias y parásitos pueden llegar al agua. Estos organismos son responsables de enfermedades gastrointestinales, infecciones y otras complicaciones de salud, especialmente en personas con un sistema inmunológico más débil.
- Productos químicos industriales y pesticidas: El agua de algunas zonas puede contener residuos de pesticidas y productos químicos utilizados en la industria. Estas sustancias, aunque presentes en pequeñas cantidades, pueden tener efectos acumulativos y, a largo plazo, su consumo puede estar relacionado con problemas endocrinos, trastornos del desarrollo y hasta ciertos tipos de cáncer.
- Sedimentos y partículas: En algunas ocasiones, el agua puede arrastrar partículas como arena, barro o sedimentos, sobre todo en lugares con tuberías viejas o tras reparaciones. Aunque estos elementos no siempre son peligrosos, afectan la claridad, el sabor y la calidad del agua.
- Compuestos orgánicos volátiles (COVs): Estos compuestos pueden provenir de productos de limpieza, disolventes industriales o pesticidas. Su presencia en el agua puede tener efectos negativos en la salud y es difícil eliminarlos sin un buen sistema de filtración.
Peligros de no filtrar el agua en casa
Consumir agua sin filtrar puede tener efectos en la salud que no siempre se perciben de inmediato. Los contaminantes presentes en el agua actúan de forma lenta y, en ocasiones, los síntomas o las enfermedades relacionadas aparecen después de años de exposición.
Estos son algunos de los riesgos a largo plazo de no filtrar el agua:
- Problemas gastrointestinales: Los microorganismos patógenos presentes en el agua pueden causar infecciones estomacales, diarreas y otros problemas digestivos. Niños y ancianos son especialmente vulnerables a estos problemas.
- Riesgos de cáncer: Algunos estudios han relacionado el consumo de agua con compuestos orgánicos y metales pesados con un mayor riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer. Estos elementos suelen acumularse en el organismo y, tras años de exposición, pueden desencadenar procesos cancerígenos.
- Daños en el sistema nervioso: Metales pesados como el mercurio y el plomo afectan el sistema nervioso, especialmente en niños, donde el impacto puede ser irreversible y traducirse en dificultades de aprendizaje, problemas de desarrollo y otros trastornos.
- Alteraciones hormonales: Algunos contaminantes en el agua pueden alterar el sistema endocrino, afectando la producción y regulación de hormonas en el organismo. Este desequilibrio hormonal puede manifestarse en problemas de fertilidad, alteraciones del metabolismo y otras complicaciones.
Otros métodos de filtración para el agua en casa
Existen diferentes métodos y dispositivos para filtrar el agua, cada uno diseñado para eliminar o reducir ciertos tipos de contaminantes.
- Filtros de carbón activado: Son uno de los tipos de filtro más utilizados en hogares. El carbón activado es excelente para absorber impurezas, especialmente el cloro, algunos pesticidas y ciertos compuestos orgánicos que afectan el sabor y olor del agua. Son fáciles de instalar y asequibles.
- Filtros de ósmosis inversa: Este sistema es altamente efectivo, ya que es capaz de eliminar hasta el 99 % de los contaminantes presentes en el agua, incluyendo metales pesados, microorganismos y sedimentos. La ósmosis inversa utiliza una membrana semipermeable que atrapa las partículas nocivas y permite el paso del agua pura. Aunque es un sistema eficiente, requiere de una instalación más compleja y su coste suele ser más elevado.
- Filtros de luz ultravioleta (UV): Este método es ideal para eliminar microorganismos como bacterias y virus. La luz UV destruye el ADN de estos organismos, dejándolos inactivos y seguros para el consumo. Es un método complementario a otros filtros, ya que no elimina sedimentos ni metales pesados.
- Filtros de cerámica: Los filtros de cerámica funcionan como una barrera física que retiene sedimentos, partículas y algunos microorganismos. Suelen ser económicos y son ideales para eliminar partículas visibles, aunque pueden no ser tan efectivos para eliminar sustancias químicas.
- Destiladores: La destilación implica calentar el agua hasta evaporarla y luego condensarla en otro recipiente, lo que elimina la mayoría de los contaminantes. Sin embargo, el proceso es lento y consume energía, por lo que no es la opción más práctica para el día a día en el hogar.
- Filtros de agua para grifos y jarros filtrantes: Son fáciles de instalar y usar. Se colocan directamente en el grifo de la cocina, mientras que los jarros filtrantes permiten filtrar el agua de manera simple y rápida. Aunque no son tan efectivos como otros métodos avanzados, son una opción práctica y económica para el hogar.
Beneficios de filtrar el agua en casa
Filtrar el agua de consumo en casa tiene múltiples beneficios, tanto para la salud como para la comodidad diaria. Algunos de estos beneficios son:
- Mejor sabor y olor del agua: Los filtros eliminan el cloro y otras sustancias que alteran el sabor y el olor, proporcionando un agua mucho más agradable de consumir.
- Reducción de contaminantes: Un buen filtro de agua reduce la presencia de metales pesados, microorganismos y compuestos orgánicos, lo que disminuye los riesgos asociados a la ingesta de estos contaminantes.
- Ahorro económico: Al filtrar el agua en casa, se reduce la necesidad de comprar agua embotellada, lo que supone un ahorro considerable a largo plazo. Además, es una medida más sostenible que reduce el uso de plástico.
- Cuidado del medio ambiente: Filtrar el agua en casa contribuye a disminuir el consumo de agua embotellada, reduciendo la generación de residuos plásticos que tardan años en descomponerse.
- Protección de la salud: Los filtros eliminan o reducen sustancias que pueden afectar negativamente la salud, lo que representa una inversión en bienestar a largo plazo.
- Menos acumulación de residuos en tuberías y electrodomésticos: Algunos filtros también ayudan a reducir los sedimentos y minerales que suelen acumularse en las tuberías y en electrodomésticos como el hervidor o la cafetera.
- Apoyo a una vida saludable en mascotas y plantas: El agua filtrada no solo beneficia a las personas, sino también a las mascotas y las plantas del hogar. Eliminar el cloro y otros químicos en el agua ayuda a que las mascotas estén mejor hidratadas y protege las plantas de elementos que pueden afectar su crecimiento.
- Facilidad en la cocina y mejores resultados en las bebidas y alimentos: El agua filtrada mejora la calidad de las bebidas. También es ideal para cocinar, porque mantiene la pureza y frescura de los alimentos, especialmente aquellos que absorben agua, como el arroz, la pasta o las sopas.
¿Necesitas filtrar el agua de tu casa?
Aunque el agua del grifo suele ser segura, existen ciertos factores, tales como la calidad local, la antigüedad de las tuberías o la preferencia por agua sin cloro, que hacen que un filtro sea una buena opción. Quizás no obligatoria, pero sí necesaria, si quieres cuidar tu salud. Además, es una alternativa más ecológica frente al agua embotellada.
Todo esto significa que filtrar el agua es una inversión en salud, bienestar y sostenibilidad.