La ley establece que toda empresa con más de 500 trabajadores debe presentar anualmente un Informe sobre el Estado No Financiero de la compañía (E.I.N.F.) y hacerlo público en su página web. No hacerlo, incurre en multas que van de los 1.200 a los 60.000 € y de 300.000 € para empresas con un volumen anual de negocio superior a los 6 millones de euros.
El E.I.N.F. aborda cuestiones como la política medioambiental de la empresa, sus compromisos sociales, su política de personal en cuanto a seguridad e higiene en el trabajo, igualdad de género, políticas no discriminatorias; las medidas anticorrupción y antisoborno, etc. En fin, datos que no hacen referencia a la situación financiera de la empresa. Todo ello viene recogido en la Ley 11/2018 de Información No Financiera y Diversidad que proviene de la directiva europea 2014/95/UE.
Para elaborarlo es necesario recoger una gran cantidad de datos y mantenerlos actualizados. Esther Ortiz, profesora de Administración de Empresas de la Universidad de Murcia, señala que uno de los problemas que tienen las empresas a la hora de elaborar el informe es que no saben muy bien la información que han de recoger. Por suerte, según ella, se han creado programas informáticos que ayudan a redactar el informe siguiendo las exigencias de la ley. Algunas empresas que hemos consultado nos indican que Orson, una plataforma digital diseñada para generar el E.I.N.F. de manera automática, permite redactar el informe en unos pocos clics. Como sucede con otras exigencias legales, la tecnología ayuda a las empresas a cumplir con la ley.
La obligatoriedad del E.I.N.F. forma parte de la política de la Unión Europea por extender y desarrollar la transparencia en el seno de las empresas. Una medida que está en sintonía con otras también implantadas como los canales de denuncia. Conozcamos más en profundidad en qué consiste el E.I.N.F.
¿Qué es el E.I.N.F.?
La web Información No Financiera, creada por la Universidad de Burgos, aclara que el informe E.I.N.F. es un anexo obligatorio del informe de gestión anual que toda empresa debe presentar a sus accionistas.
En este caso, el documento no contiene información económica o financiera que vendría a señalar la rentabilidad de sus inversiones, sino que recoge las acciones de responsabilidad social y medioambiental de la empresa. Es decir, informa a los accionistas en qué están invirtiendo su dinero.
Este es además un documento público que podrá consultar la administración y cualquier interesado, ofreciendo una radiografía con datos sobre la filosofía y la forma de actuar de la empresa.
El E.I.N.F. está regulado por criterios de comparación y coherencia. De modo que se puede comparar año a año, como la empresa está realizando sus compromisos en materia de cuidado del medioambiente o de igualdad de género, por poner un ejemplo.
La forma en la que se presenta el informe también permite comparar a unas empresas con otras para ver como determinadas políticas de carácter social se van aplicando en el panorama empresarial. Para redactar el informe la Ley 11/2018 establece unos mínimos de información obligatorios, así como unas pautas para agregar otros datos de interés.
Sobre qué trata el informe.
Este es uno de los aspectos más desconocidos del E.I.N.F. A grandes rasgos podríamos decir que el documento recoge la implicación social y medioambiental de la empresa, tanto a nivel interno como de cara al exterior.
En cuanto a los aspectos más destacados incluye:
- Repercusión sobre el medioambiente. (Datos sobre contaminación, gestión de residuos, participación en programas de economía circular, protección de la biodiversidad, etc.)
- Gestión de personal. (Seguridad e higiene en el trabajo, acciones de formación y reciclaje profesional, medidas de accesibilidad para trabajadores con discapacidad física o intelectual, conciliación de la vida laboral y familiar, fomento del empleo, políticas de igualdad, etc.)
- Medidas relativas a la corrupción y al soborno. Tanto para evitar que se produzcan situaciones de este tipo, como las medidas disciplinarias que se aplican en estos casos.
- Compromiso con la sociedad. Aquí se vendría a abordar con datos la posición de la empresa respecto a los derechos humanos, algo que se debe demostrar manteniendo relaciones justas durante toda la cadena de suministros.
Qué empresas están obligadas a elaborar el E.I.N.F.
La ley establece que este informe es obligatorio para empresas o grupos de empresas que hayan tenido una plantilla igual o superior a 500 trabajadores durante el año cursado y para las que tengan la calificación de Entidades de Interés Público. En esta categoría se incluyen entidades de crédito, aseguradoras, compañías emisoras de valores, empresas que prestan servicios de inversión, fondos de pensiones y fundaciones bancarias.
La obligatoriedad del informe se extiende a todas aquellas empresas que durante al menos dos años consecutivos hubieran cumplido uno de estos tres requisitos:
- Tener un activo superior a 20 millones de euros.
- Tener una cifra de negocio superior a los 40 millones de euros.
- Disponer de una plantilla más o menos estable superior a los 250 trabajadores.
Partiendo de estas condiciones, se calcula que más de 1.400 empresas están obligadas a presentar el E.I.N.F. cada año en España.
Quién elabora el informe y donde se presenta.
Para elaborar este informe no financiero se puede partir del organigrama interno de la empresa o apoyarse en un gestor externo. Lo que sí está claro es que el documento debe estar firmado por todos los miembros del consejo de administración.
Este informe se presenta junto a la memoria anual y el informe de gestión en la asamblea de accionistas que la empresa celebra cada año para rendir cuentas de sus resultados ante sus propietarios e inversores.
Para hacer público el informe se tiene un plazo de tres meses desde que haya finalizado el año sobre el que hace referencia. Una vez ha sido presentado ante los accionistas, el E.I.N.F. se edita en la web corporativa de la empresa, para que pueda ser consultado.
El E.I.N.F. no debe ser presentado expresamente ante ningún organismo público, pero las autoridades podrán tener acceso a él por internet siempre que lo deseen.
La figura de auditor.
El Informe sobre el Estado No Financiero de una empresa debe ser verificado por un auditor externo. Su función será la de comprobar que los datos que recoge el documento son ciertos.
El Instituto de Contabilidad y Auditorías de Cuentas, un organismo público dependiente del Ministerio de Economía, aclara en su página web que la verificación del E.I.N.F. será llevada a cabo por un prestador independiente de servicios de verificación.
Ya que el E.I.N.F. coincide con el informe anual de gestión, la misma auditoría que ha comprobado las cuentas de la empresa se puede encargar sin problemas de verificar el informe no financiero. La verificación externa es condición sin equanum para la validez del documento. Será realizada por un auditor contratado por la empresa, pero nunca por personal que se encuentre en plantilla.
El único requisito indispensable para verificar el E.I.N.F. es que debe ser una persona ajena a la organización de la empresa y que disponga de conocimientos y medios necesarios para efectuar la auditoría. Por tanto, esta labor puede ser realizada por un experto contable debidamente reconocido.
Mucho más que una memoria.
El E.I.N.F. es una expresión tangible de que la actividad de la empresa se realiza de una manera responsable y sostenible. Mientras que la cuenta de resultados vendría a informar sobre qué es lo que se ha conseguido en un año, el E.I.N.F. señalaría el cómo.
Más allá de parecer una exigencia legal, la presentación de este informe reporta grandes beneficios para la empresa.
El primero de ellos es que aumenta la confianza que la empresa inspira en los accionistas, inversores, clientes, proveedores, trabajadores y en la sociedad en general. Es un ejercicio de transparencia, que muestra que la empresa no tiene nada que ocultar. Y que, por tanto, hace pública la forma en la que funciona.
Un aspecto importante de este informe es que expresa datos, no voluntades. No es un comunicado de prensa en el que la dirección de la empresa manifiesta su filosofía de respeto por el medio ambiente. Si no que esa filosofía se comprueba con indicadores medibles. Como dice la profesora universitaria Esther Ortiz, no es informar a la opinión pública de la intención que tiene la empresa de ser sostenible. Si no que primero se es sostenible y luego se informa, poniendo de manifiesto los hechos.
El E.I.N.F. también es un instrumento de dirección. Expresa con números una serie de acciones realizadas y permite tomar decisiones para avanzar por ese camino o cambiar de estrategia. Aunque no es información económica, propiamente dicha, son datos medibles. Se rigen por la misma ley de objetivos resultados. Esto significa que se pueden ajustar las medidas para que sean más efectivas en el camino que se ha propuesto la empresa.
Estamos hablando de un camino de sostenibilidad y responsabilidad social. El informe no financiero permite identificar las áreas en las que la empresa necesita mejorar y fomentar, desde ahí, la mejora continua. Algo que es positivo para el crecimiento de la empresa en los tiempos que vivimos.