Adaptarse a la nueva sociedad digital no es algo que resulte fácil para todo el mundo ni mucho menos. Es obvio que esta es una necesidad que tienen que cumplir todas las empresas si lo que pretenden es continuar siendo rentables, sobre todo si tenemos en cuenta que prácticamente todas las personas que tienen menos de 60 años ya usan el ordenador durante varias horas a lo largo de cada día. Es algo a lo que ya nos estamos acostumbrando y que ha cambiado la manera de trabajar de las empresas y la manera de disfrutar de nuestro tiempo libre que tenemos las personas.
Hay muchos artículos en la web haciendo hincapié en los diferentes modos que tiene una empresa de digitalizar la manera en la que se publicita. Los diseños en marquesinas de autobús, las cuñas en la radio o los espacios en los periódicos son cada vez menos eficaces. Toda esa rentabilidad y visibilidad que se asociaba a ellos hasta hace unas décadas ahora es asumida por Internet y el marketing digital, que además continúa ganando terreno de una manera muy rápida en los tiempos que corren y que tiene pinta de que lo seguirá haciendo de cara a los próximos años.
Las redes sociales, las páginas web y sus diseños o su usabilidad, el posicionamiento en buscadores como Google o Yahoo… son solo algunas de las cuestiones que más se tienen en cuenta en los tiempos que corren. Y no es para menos, es verdad. Desde luego, no cabe la menor duda de que, sin esos conceptos, tendríamos mucho más complicado hacer que nuestra entidad se conociera en todos esos lugares donde nos interesa que nos conozcan. Pero también es cierto que no son los únicos elementos que deben ser tenidos en cuenta a la hora de promocionarnos.
Hay algunos elementos publicitarios tradicionales que todavía tenemos que conservar para tener esa capacidad de llamar la atención del público. Uno de ellos es el rótulo de nuestro negocio, que es una de las primeras imágenes que recibe el cliente potencial de nosotros y que tiene que servir para convencerle de que, en nuestro local, puede encontrar lo que realmente está buscando. Hay que tener un balance entre esa publicidad digital de la que hablábamos y este tipo de elementos tradicionales, porque es de esa combinación de la que salen los mejores modos de conseguir más clientela y, por ende, rentabilidad.
La llegada del marketing digital ha permitido a muchas empresas revitalizar en buena medida sus negocios, pero también a mucha gente le ha hecho cometer errores. Nos referimos a todos aquellos responsables de negocios que han basado el 100% de su estrategia en lo digital, desechando opciones más tradicionales que son realmente beneficiosas y eficaces, como apostar por rótulos de neón en nuestros establecimientos para que resulten más visibles desde la calle. Afortunadamente, desde Oh My Neon nos han dejado un poco más tranquilos al asegurarnos que, en los últimos años, se ha producido un repunte de pedidos de este tipo de rótulos para una gran cantidad de establecimientos y pequeños comercios.
Un elemento que funciona
Los expertos en marketing de diferentes países ya se han encargado de confirmar que, en líneas generales, un elemento como del que hemos venido hablando funciona y muy bien. Algunos consideran que es elemento de publicidad tradicional que mejor funciona sin que haya lugar para ninguna duda. Y la verdad es que esa es la realidad más absoluta. Aunque está claro que tenemos que estar presentes en Internet para captar a las masas, es obvio que no podemos dejar de lado los elementos publicitarios que mejor han funcionado a lo largo de los años y que lo siguen haciendo.
Ni que decir tiene que los resultados de todos esos negocios que han apostado por las luces de neón en los últimos años están siendo más que satisfactorios. Es una noticia que deseábamos escuchar por todos los medios y que confirma todo lo que os hemos venido comentando en este artículo. Y ya sabéis lo que se suele decir: lo que funciona no se toca. Hacerlo sería contraproducente para nuestros intereses. Un suicidio en toda regla.
Estamos convencidos de que, en los próximos años, seguirá creciendo el número de comercios que consideran necesario continuar apostando por luces de neón para sus locales. Desde luego, es algo a lo que tenemos que tender en España. El rótulo es la mejor carta de presentación de un negocio, así que, como tal, no podemos permitirnos el lujo de que esté puesto de cualquier manera. Hay que apostar por uno que resulte visible y que se convierta en el mejor argumento para tratar de garantizar la supervivencia y la rentabilidad de nuestro negocio.