Las franquicias especializadas, así como mayoristas como el Grupo Reprepol, son las empresas que, en la actualidad, sostienen el funcionamiento del sector de la moda infantil, el cual, por otro lado, aqueja problemas en cuanto a la falta de innovación tecnológica y a la depresión propia de estos tiempos de crisis económica.
De acuerdo con el estudio del Instituto Nacional de Estadística (Ine), el gasto medio por hogar en España en ropa y en calzado infantil –aquel que comprende entre los 0 y los 13 años de edad-, descendió casi un 20 % desde 2007 hasta 2013. En números exactos, esta inversión anual se cifró en 247,29 euros para 2013, lo que supone más de 80 euros de diferencia respecto a los 331,45 euros que gastaba de media en 2007. Son datos que contrastan con la aparente pujanza del sector de moda infantil. Según la Asociación Española de Productos para la Infancia (Asepri), el conjunto de empresas fabricantes de moda infantil y puericultura de España asociadas a la entidad facturaron en 2014 1.074 millones de euros o, lo que es lo mismo, un 3 % en comparación con el ejercicio anterior. La estabilización del mercado nacional, cada vez menos azotado por la crisis, y el tirón de las exportaciones, que aumentaron un 6 % hasta alcanzar los 515 millones, surgen como razones fundamentales para explicar la ligera bonanza. Y es que las ventas al exterior copan casi la mitad de la cuota de mercado en la producción española de moda infantil, gracias al prestigio y la innovación de estas confecciones y a la calidad del producto, combinado con un precio razonable que lo sitúa en un nicho de mercado medio-alto. El destino mayoritario de estos productos está restringido a la Unión Europea y, en especial, Italia, que asume una cuarta parte de este segmento. Tal y como indica Asepri, al país trasalpino le siguen Portugal, con el 10 % de las ventas; Francia y Rusia, ambas con el 8 %, y Grecia, con el 7 %. Se trata, en definitiva, de un mercado conformado por aproximadamente 250 firmas de moda infantil y 60 de puericultura, por lo general pequeñas y medianas empresas de capital nacional y gestionadas de forma familiar.
Entre los debes del sector de moda infantil, decíamos, destaca una inmovilidad en el comercio y el posicionamiento online que contrasta directamente con esa creatividad en el diseño de los productos. La parquedad de las campañas online y las dificultades para comprar a través de la tienda virtual de la firma son fuente de oportunidades perdidas en cuanto a reducción de gastos –ahorro en tiendas físicas- e incremento de beneficios –acceso a una número potencial de clientes mayor-, a tenor de la expansión del ecommerce en España y de la cada vez mayor confianza que generan en el consumidor -de acuerdo con el informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) para el año 2014, un 68% de los españoles cuenta con acceso a internet en su hogar y alrededor de un tercio ha efectuado al menos una compra online-. Urge por tanto una estrategia de márquetin online más agresiva, que mediante herramientas como el posicionamiento SEO en los buscadores, el desarrollo de contenidos pertinentes en blogs propios y, sobre todo, implementando los mecanismos comerciales para la compra a través de la red responda a los intereses de ese marco de población que, a través de la visita a la página web de la empresa, pueda convertirse en un cliente fiel. No hay más que observar, por ejemplo, el tirón popular de las denominadas miniestrellas de la moda: niños con un gran poder de convocatoria e influencia en internet gracias a sus blogs o cuentas de instagram, caso de la estadounidense Tavi Gevinson, pionera al abrir la bitácora Style Rookie y a ganarse con ella el acceso a la primera fila de las pasarelas de moda de todo el mundo, o la estilista, fotógrafa, directora creativa y diseñadora Evita Nuh, una quinceañera indonesia que cobró fama gracias a su página The crème de la crop. Existen incluso talentos más precoces, como el de Ryker Wixom, de apenas 4 años con más de 170.000 seguidores en Instagram.
Sin embargo, muestra de que por el contrario todavía se están haciendo cosas bien en el sector, es la pervivencia de Fimi, la feria de moda infantil por excelencia de España y que este 2015 alcanzó su ochenta edición con un evento que apostó por la internacionalización de la ropa para niños por medio de las distintas apuestas de las casi cincuenta marcas de Asepri participantes y su book Oriental Colors, dedicado a Asia.