Algunas personas son muy sensibles ante los olores. Su olfato parece más el de un sabueso que el de un común mortal. Sensibilidad aparte, lo cierto es que algunos olores, no resultan nada agradables. Además no hay nada como volver a casa y notar ese aroma característico que te hace sentir que estás en tu hogar.
Para gustos, los colores; en este caso, los olores. Existen muchas formas de eliminar olores que nos desagradan. Aunque cuando el olor impregna el aire, en el aire queda hasta que se va. Para eliminar esos aromas, se inventaron los ambientadores.
Desde tiempos remotos, el ser humano ha buscado la manera de ambientar sus hogares y llevar consigo los aromas que más le gustaban.
No hay mucho que añadir al respecto de este tema. El mercado ofrece infinidad de variedades, de aromas y de tipos. Desde ambientador en espray, hasta varillas conocidas como Mikado.
Hemos consultado con los expertos de Laboratorios Syrch especialistas en ambientadores a granel para conocer cuáles son las tendencias de ambientadores para el hogar. Lo más actual son los mikados, esas varillas que se introducen en un pequeño frasco y se dejan hasta que se consumen.
En cuanto al aroma, la lavanda sigue siendo la más querida, pero no todo queda ahí. Cada vez existen más variedades, más tipos de difusores y menos fidelidad: gusta la variedad.
Elegir un aroma
Esto puede ser algo tan personal como elegir un perfume. La idea es conseguir que tu hogar tenga personalidad. Que las personas que entren en tu casa, sepan que es tu casa y además, estén cómodos.
El diseño que tenga el ambientador también dotará de personalidad la estancia y afortunadamente, hoy tenemos diseños que no parecen ni ambientadores.
Elegir el tipo de ambientador dependerá del uso que le quieras dar y el momento en que quieras utilizarlo. En el caso de querer usarlo de forma puntual, mientras cenas o lees, por ejemplo, lo ideal es una vela. Las hay de tantos colores y olores que no podrás decidirte por una sola.
Si tu intención es tenerlo siempre y que el aroma no se vaya, las mejores opciones son los difusores o los mikados que van soltado los aromas de forma gradual. Tu casa se mantendrá siempre impregnada del aroma que tú elijas.
Para momentos puntuales en los que quieras eliminar un olor desagradable que ha inundado tu hogar, un espray o pulverizador es la mejor solución. Teniendo siempre en cuenta que debemos ventilar de vez en cuando.
Fragancias existen muchas, infinidad. Cada año salen más. Aquellos que se vuelven locos o locas con los perfumes y olores en general (los agradables, claro), no son capaces de decantarse por uno en concreto.
No obstante, los más clásicos siempre están presentes. Florales (jazmín, lavanda), dulces como la vainilla o el coco, cítricos como el limón o la naranja. Otros evocan el océano y te trasladan allí… para elegirlo cada uno tiene sus preferencias.
Hay quienes prefieren poner un popurrí de flores secas perfumadas en un bonito cuenco y removerlas para que se ambiente todo. Para gustos, los olores.
El hecho es que los ambientadores se utilizan para impregnar de aromas las estancias y eliminar o evitar los malos olores que pueden llegar a molestar. Por esa y otras razones, también existen los ambientadores caseros.
Una naranja partida con sus clavos de olor, pueden resultar muy eficaces, no solo para eliminar olores. El aroma a naranja impregnara la casa durante algunos días sin necesidad de utilizar químicos.
Plantas aromáticas que a su vez puedes utilizar en la cocina. Si plantas romero, tomillo etc. tendrás su aroma en la casa cada vez que quieras. Solo tendrás que coger algunas hojas y frotarlas o sacar su extracto por medio de alcohol. Si te gusta recordar el campo, estos son tus aromas.
En cualquiera de los casos, fabricar tu propio ambientador, no es una tarea difícil. Ese sí que será un aroma personal y propio que has creado por ti mismo o misma y para ti. Para ello solo necesitas aceites esenciales, la piel de un limón, por ejemplo, palitos de madera (de los de hacer brochetas), alcohol, agua y un bote de cristal.
Pones la cascara del limón en el bote, añades tres cuartas partes de alcohol y una de agua, luego el aceite esencial de tu elección o una combinación de varios. Por último, cortas las puntas de los palitos e introdúcelos en el bote. Voila! Ya tienes tu Mikado personalizado.