La luna del parabrisas es un elemento delicado. Compromete nuestra seguridad al volante, por eso debemos mantenerla en perfecto estado. A veces, una pequeña grieta en el cristal se puede reparar con una resina especial, en otras ocasiones, debemos proceder a su sustitución. ¿Cuándo debemos cambiar la luna del coche?
Los mecánicos de E. E. Motor, un taller mecánico de Soria especializado, en cambio, de lunas y tintado de cristales de vehículos, opinan que se debe cambiar el parabrisas en el momento en el que se aprecie una pequeña fisura en el área de visión del conductor.
Debemos comprender que las lunas de un vehículo están formadas de cristal laminado. Esto hace que salvo que se sufra un impacto importante, el cristal no se va a hacer añicos de inmediato. Por diversas circunstancias como la temperatura o el uso que se le da al automóvil, la fisura irá evolucionando de una manera imprevisible. En el momento menos pensado, la gravedad del daño puede comprometer la conducción.
El principal problema a la hora de cambiar la luna del coche es su alto coste. El parabrisas de algunos modelos supera los 1000 €, debido al material y a la curvatura especial del cristal. Esto sin contar la instalación. Por eso, es interesante prever que la sustitución de lunas esté cubierta por el seguro. Lo que hará que se reduzca considerablemente la factura.
Cuando cambiar la luna del coche.
Vamos a ver los supuestos desde los más graves hasta los menos evidentes. De todos modos, no esperes a que la situación sea insostenible para cambiar la luna del coche. Estos son 10 casos en los que es recomendable la sustitución del parabrisas:
- Grietas extensas: Las grietas extensas pueden comprometer la integridad estructural del parabrisas, reduciendo su capacidad para soportar impactos y proteger a los ocupantes en caso de accidente. Además, pueden afectar la visibilidad del conductor.
- Impactos graves de piedras u objetos duros: Los impactos significativos pueden debilitar la resistencia del parabrisas, creando puntos de tensión que podrían propiciar la formación de grietas o incluso causar la rotura repentina del cristal tiempo después de haberse producido el impacto.
- Daño en el campo de visión del conductor: Cualquier daño que afecte directamente la línea de visión del conductor, como grietas en la zona por donde mira, debe tratarse de inmediato. La obstrucción visual compromete la seguridad al volante.
- Golpes por granizo: El granizo pueden dejar abolladuras y grietas en el parabrisas. Aunque algunas abolladuras pueden repararse, grietas extensas requieren la sustitución para mantener la seguridad e integridad del vehículo.
- Desgaste por exposición al sol y condiciones climáticas extremas: Con el tiempo, la exposición constante al sol y las condiciones climáticas extremas debilita el parabrisas, haciendo que sea más propenso a agrietarse o romperse. En tales casos, el reemplazo es una medida preventiva.
- Daños en los bordes del parabrisas: Estos daños pueden afectar la selladura del parabrisas con el chasis del vehículo. Un sellado comprometido podría permitir la entrada de agua y otros elementos no deseados, lo que podría afectar la estructura del automóvil.
- Desgaste normal: Con el tiempo, incluso sin daños evidentes, el parabrisas puede sufrir desgaste normal, incluyendo pequeñas marcas y rasguños. Si estos afectan la visibilidad o la integridad estructural, se aconseja la sustitución.
- Daños múltiples o reparaciones anteriores: Si el parabrisas ha experimentado múltiples impactos o ha sido reparado previamente, su resistencia general puede verse comprometida. Debemos ver que la reparación de las lunas del coche es como poner una tirita en la herida. Resuelve provisionalmente la operatividad del parabrisas, pero no le va a devolver la consistencia que tenía en un principio.
- Desprendimiento de la capa de vinilo entre capas de vidrio: Si la capa de vinilo entre las capas de vidrio del parabrisas se desprende, esto puede afectar su capacidad para mantenerse intacto en caso de rotura. En tales situaciones, se recomienda el reemplazo. Se aprecia este desprendimiento cuando se observan burbujas o zonas nubladas al inspeccionar el parabrisas desde distintos ángulos. Este desprendimiento afecta la transparencia y la integridad estructural del parabrisas, comprometiendo su capacidad para retener las capas en caso de rotura.
- Daños que no se pueden reparar: Algunos daños, como ciertas grietas extensas o roturas complejas, pueden ser irreparables. En estos casos, la sustitución se convierte en la única opción posible.
¿Lo cubre el seguro?
El comparador de seguros acierto.com nos recuerda que la cobertura de lunas suele estar incluida en los seguros para vehículos a todo riesgo y en los seguros de terceros ampliados. Algunas compañías suelen incluir un seguro de lunas que se paga adicionalmente.
Sin embargo, no nos debemos confiar en que el seguro de coche cubra la sustitución de lunas. Debemos leer la letra pequeña del contrato para evitarnos sorpresas. Con frecuencia, la cobertura está limitada a determinados supuestos o no cubre el coste íntegramente.
Así, por ejemplo, los seguros Verti, solo se hacen cargo de los costes en la sustitución del parabrisas, cuando los daños no sean imputables al uso que al vehículo le da el conductor, y cuando la causa de la rotura sea externa.
Así, por ejemplo, si un conductor acostumbra a transitar con su turismo por caminos de piedras, la compañía puede negarse a abonar el cambio de lunas. Tampoco se responsabilizará de los gastos si el cristal se encuentra rallado con marcas superficiales que no anuncien una rotura inmediata y no comprometan la visibilidad del conductor.
En algunos supuestos, la empresa indemniza al asegurado por el precio de la luna, excluyendo los gastos de mano de obra.
Direct Seguros incluye una cláusula de cobertura de lunas en algunos seguros de automóvil ampliados, como el seguro a todo riesgo, con o sin franquicia, o el seguro a terceros con robo, incendio y lunas.
Esta compañía se encarga de abonar la sustitución del parabrisas en caso de que la rotura o daño haya sido producida por causa instantánea ajena a la voluntad del conductor. Quedando excluidos los daños que sean consecuencia de un proceso progresivo de deterioro.
Algunas compañías de seguros, como Mutua Madrileña, ponen a disposición de sus asegurados una red de talleres en los que pueden cambiar o reparar las lunas. Si bien la compañía no se responsabiliza de reparaciones relacionadas con deterioros originados por arañazos o daños producidos fuera del territorio español.
Si necesitas cambiar la luna del parabrisas, antes de confiarte en que el seguro correrá con los gastos, revisa detenidamente tu póliza antes de llevar el coche al taller.
¿Son eficaces las resinas para la reparación de lunas?
Hace unos años en las ferreterías y tiendas de repuestos para el automóvil se comercializaron unos kits de reparación de grietas y arañazos en las lunas del coche. Eran económicos y fáciles de aplicar. El usuario podría reparar algunos daños en el parabrisas sin necesidad de llevar el coche al taller.
Estos productos solían contener una resina de alta penetración, que se introducía en la grieta por medio de una jeringuilla, cubrían la fisura y al solidificar, ejercían presión sobre el cristal, haciendo que este quedara tenso.
Un artículo publicado en el periódico La Razón nos recuerda que estos productos tienen una eficacia limitada. Pueden rellenar grietas más pequeñas que la superficie de una moneda. Si esta se ha extendido, su efectividad es cuestionable.
Lo mismo sucede con impactos producidos cerca del borde del cristal. Podremos rellenar la fisura con resina en un primer momento, pero es probable que con el tiempo nos aparezca otra.
Cuando una fisura en el cristal empieza a extenderse como si fuera una tela de araña, es recomendable acudir a un taller. Ante cualquier duda sobre el estado de nuestro parabrisas, según cuentan los periodistas de “La Razón”, mejor acudir a un taller especializado en lunas, que visitar el servicio técnico del fabricante. Este siempre defenderá su producto.
En el taller, la reparación de lunas de coches sigue un proceso simple pero preciso. Primero, se limpia minuciosamente el área afectada, eliminando cualquier suciedad o fragmento de vidrio. En casos de pequeñas astillas, se puede realizar una perforación central para facilitar la penetración de la resina.
Luego, se aplica cinta adhesiva o un anillo de sellado alrededor del daño para evitar que la resina se extienda más allá de la zona de reparación. Con una herramienta especial, se inyecta la resina transparente en el área dañada, asegurando que llene completamente grietas e impactos. La presión aplicada durante la inyección garantiza una distribución uniforme.
Después de este paso, la zona reparada se expone a la luz ultravioleta. Este proceso cataliza la resina, haciéndola pasar de líquida a sólida y asegurando una reparación fuerte y duradera. Posteriormente, se procede a raspar el exceso de resina y pulir la superficie para lograr un acabado nivelado y transparente.
La resina reparadora, tanto si la aplicas tú como si lo hace un taller, de una manera más profesional, siempre será una solución provisional. El parabrisas no quedará tan fuerte como si fuera toda una pieza. Tras varias reparaciones llegará un momento en que tendrás que cambiar la luna.
No te la puedes jugar, recuerda que la luna del parabrisas es un elemento de seguridad de tu vehículo.