En la prehistoria para conservar los alimentos utilizaban las cuevas de hielo. Incluso, Sir Francis Bacon murió a causa de una pulmonía, por intentar congelar pollos rellenándolos con nieve. En 1842 se comenzó a utilizar el proceso de congelación industrial y la aparición de la refrigeración mecánica surgió a finales del siglo XIX. Gracias a la congelación podemos conservar los alimentos y eliminar microorganismos y bacterias como la Clostridium botulinum, que produce una toxina y causa la enfermedad llamada botulismo. Algunos vegetales necesitan ser escaldados antes de ser congelados, para que las enzimas y levaduras que pudieran resistir en el proceso de congelación, se desactiven.
Esta técnica puede provocar una pérdida de vitamina C. Aunque la congelación no afectas las vitaminas A y D de la carne, para no perder las sales minerales hidrosolubles, es aconsejable utilizar el líquido que se extrae con la descongelación. Si quieres alimentos con texturas crujientes no debes congelarlos. Hay algunos alimentos que no pueden congelarse como las bayas, las verduras para ensaladas y los champiñones. Los alimentos que sí se pueden congelar es aconsejable mantenerlos a una temperatura de -18 grados centígrados o menos. Te recomendamos que el congelador no esté lleno y nunca se debe introducir alimentos calientes, porque la alta temperatura podría afectar a la calidad de los productos.
También tienes que tener en cuenta que una vez descongelado un producto, no se puede volver a congelar. Es muy importante no romper la cadena de frío, es decir, que el alimento no se descongele para evitar la contaminación. Los profesionales de Frimavi, expertos en refrigeración industrial, explican que es muy importante contar con tecnologías avanzadas, para que la cadena de frío se mantenga intacta y que los productos estén protegidos contra cualquier riesgo de contaminación. Si se mantiene la cadena de frío los alimentos pueden conservarse en el congelador entre tres meses y un año. Seguro que hay alimentos que no sabías que se pueden congelar, en este artículo te explicamos cuáles son:
Queso
El queso puede congelarse, pero se recomienda que se meta en el congelador en lonchas, rallado o en dados pequeños.
Pan
Para que su descongelación sea más sencilla lo mejor es congelarlo troceado. También puedes meter los bocadillos con el embutido.
Almejas
Tienes que saber que las almejas se recomienda congelarlas tres meses. Debes introducirlas en el congelador crudas, lavadas y con cáscaras.
Salmón ahumado
Antes de congelarlo saca el salmón de su envoltorio original y mételo en un tupper o recipiente.
Calabacín
Esta verdura no se aconseja que se congele cruda, por lo que debes meterla en el congelador escaldada o cocinada en láminas, esferas o taquitos.
Frutos secos
Pueden estar dos años congelados, pero lo mejor es que lleguen al congelador sin sal y con cáscara.
Jengibre
Puede congelarse hasta tres meses, pero no debes meter la pieza entera, así que lo ideal sería cortarlo previamente.
Arroz
No debes congelar cuando esté caliente y es muy importante que lo guardes en un tupper para que no entre aire.
Gazpacho
También puedes congelar el gazpacho, pero cuando lo descongeles es aconsejable que vuelves a batirlo por si han quedado grumos.
Fruta y verdura
No tendrá los mismos nutrientes, pero la fruta y la verdura sí puede congelarse, salvo los frutos rojos y los cítricos. Las frutas pueden permanecer en el congelador un año.
Métodos para conservar los alimentos
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAGRAMA) informa que en España se desperdician anualmente cerca de 7,7 millones de toneladas de comida. Para evitar el desperdicio alimentario puedes utilizar la congelación y otros métodos:
Fermentación
La fermentación se usa para conservar pero también para obtener algunos alimentos y bebidas, como el queso, el vino, la cerveza o el yogur.
Consiste en transformar los azúcares que contienen los alimentos en ácidos, esto se consigue a la acción de microorganismos como bacterias, levaduras y mohos.
Al vacío
Consiste en envasar alimentos en un plástico sacándoles todo el aire del interior, porque si retiras el oxígeno, evitas la oxidación. Es un método idóneo para preservar carnes, pescados crudos y embutidos.
Conservación en salazón
Es uno de los primeros métodos de conservación, con la curación en sal se evita que proliferen los microorganismos.
Deshidratar
Con esta técnica al eliminar la humedad se reduce la actividad del agua por debajo de 0,50 y ello impide que los organismos encargados de la descomposición crezcan en los alimentos. Puedes deshidratar si pones el alimento en el horno o al sol.
Liofilizando
«Es un método de desecación en el que se elimina el agua por congelación del producto húmedo y posterior sublimación del hielo en condiciones de vacío. Al suministrar calor, el hielo sublima y se evita el paso por la fase líquida», explica el documento del departamento de Farmacia y Tecnología Farmacéutica de la Universidad de Valencia.
Adobo
Se embadurnan las carnes o pescados en frío con ajos machacados, orégano, laurel, tomillo, pimentón dulce y vinagre o vino. Con esta mezcla el pescado y la carne aguantan unos días más.
Escabeche
Esta técnica se utiliza para los pescados y las carnes de caza. Hay que eviscerar y limpiar completamente la pieza y darle un golpe de sartén.
En un bol se añade laurel, vino blanco, pimienta, clavo, sal y se deja cocer con la pieza dentro a fuego lento. Después, se deja enfriar y se mete en un recipiente bien sellado.