Hace años era algo impensable, sobre todo en España. Y es que los españoles, quizás por esos años de dictadura donde estuvimos metidos en un foso, tenemos una mentalidad muy clásica y cerrada. Poco abierta respecto a otros países, sobre todos los europeos. Sin embargo, parece que en los últimos años nos hemos abierto. Eso sí, mantenemos un serio problema con eso de cambiarnos de trabajo. Es más, muchas personas creen que un trabajo es para siempre.
Recuerdo cuando con 25 años me echaron de un trabajo en el que llevaba cuatro años. Mi madre estaba tan ilusionada porque haciendo prácticas en la Universidad ya me habían contratado para trabajar “en lo mío”, una frase que se decía mucho en esa época. Ahora bien, cuando me despidieron, mi madre hizo un drama y pensaba que nunca volvería a trabajar. Por eso adoro a esas personas que saben que un trabajo no es para toda la vida y que hay muchas alternativas. Eso sí, aquí no entra una plaza fija ganada por oposición, porque eso es para siempre.
Por eso tenemos que ser conscientes de que en cualquier momento de nuestra vida, el cambio de trabajo puede llegar a nuestra vida. Y si es en nuestra ciudad puede ser hasta asumible, pero el dilema mayor llega cuando ese traslado es a una ciudad diferente, incluso a más de 600 kilómetros. Eso es el caso que me ocurrió a mí cuando desde Valladolid me trasladaron a Denia. Un municipio valenciano que pronto se convirtió en mi paraíso natural.
Y es que cambiar de ciudad por un trabajo puede ser una decisión importante que conlleva varias consideraciones. A continuación, ye voy a contar las cinco razones por las que decidí cambiarme de trabajo.
Oportunidades laborales
Como te hemos dicho, cambiarnos de ciudad por un trabajo puede abrir nuevas oportunidades profesionales que no estaban disponibles en tu anterior ciudad. Si te cambias y te llega la oportunidad, puedes tener la posibilidad de trabajar en una empresa de renombre, en un campo que te interese más o en un puesto de mayor responsabilidad. Esto te brinda la oportunidad de avanzar en tu carrera y desarrollarte profesionalmente. Hay que tener abierta la mente y estar dispuesto a los cambios.
Crecimiento personal y nuevos desafíos:
Muchas veces hay que mirar dentro de nosotros. Por eso, mudarse a una nueva ciudad implica muchas cosas, por ejemplo enfrentarnos a cambios y desafíos, lo que puede llevarte a salir de tu zona de confort y crecer personalmente. Yo era consciente de que era mi momento de enfrentarme a nuevas experiencias, a conocer diferentes culturas y estilos de vida, y podrás ampliar tu perspectiva. Este tipo de experiencia puede ser enriquecedora y ayudarte a desarrollarte como persona. Ahora ya conozco muy bien la cultura valenciana, que me ha demostrado que merecía la pena cambiarme.
Mejores condiciones de vida
En algunas ocasiones, moverte a otra ciudad puede ofrecerte mejores condiciones de vida. Puede que encuentres un lugar con una calidad de vida más alta, con acceso a mejores servicios, infraestructura, educación, salud, entre otros. Además, podrías mejorar tu situación económica al acceder a un empleo con un mejor salario o mayores oportunidades de crecimiento. Aún recuerdo cuando entré en la inmobiliaria Romer Denia pensando que los pisos estarían muy caros. Pues al final conseguí un apartamento con piscina que se convirtió en la envidia de todos mis amigos. De repente todos querían venir a Denia.
Red de contactos
Además, mudarse a una nueva ciudad te brinda la oportunidad de establecer una nueva red de contactos profesionales. Yo tenía claro que esto iba a suponer un cambio en mi vida. Unos meses después había conocido a personas del mismo campo profesional, hice conexiones y amplié mi oportunidades laborales futuras. Esta red de contactos puede ser valiosa en el desarrollo de tu carrera y abrir puertas a nuevas oportunidades.
Explorar nuevos lugares y culturas
Como te decía, cambiarte de ciudad te permite explorar y sumergirte en una nueva ciudad, región o país. En mi caso, solo era una nueva Comunidad pero comprobé que todo era diferente. Desde el primer día pude conocer nuevos lugares, monumentos históricos, paisajes y culturas diferentes, lo que para mí fue una experiencia emocionante y enriquecedora a nivel personal.
Desde el primer día, estuve expuesto a nuevos estímulos y pude disfrutar de la diversidad cultural y los diferentes estilos de vida que ofrece el mundo. Tomar la decisión de cambiar de trabajo, siempre es importante, pero puede suponer una oportunidad.