Yo no sé con vosotros pero los ordenadores, conmigo, se portan mal. No me parece normal que mis empleados hagan algo y les salga todo perfecto y luego llegue yo y el ordenador se vuelva loco y haga algo totalmente diferente. La semana pasada llamé a los del servicio técnico de Samsung en Alicante para que me mirara mi ordenador y los pobres, después de mirarlo de arriba abajo me dijeron que estaba perfecto.
Sé de buena tinta que esta empresa de Servicios Técnicos en Alicante hace muy bien su trabajo. De hecho, no dudéis en llamarlos si tenéis problemas son algún aparato de las marcas con las que trabajan como Oki, Samsung, Revlon, Singer y algunas más que no me sé de memoria la verdad. Yo es que soy de los que piensa que eso del usar y tirar está sobrevalorado y que no me gusta pertenecer a la generación del “si se ha roto compro otro” porque eso no ayuda a la economía ni al planeta. En mi opinión si algo se ha roto debes intentar arreglarlo y si no se puede pues ya miras uno nuevo ¿no creéis?
Bueno, a lo que iba. El técnico del servicio oficial de Samsung me dijo que mi ordenador funcionaba estupendamente, de hecho, una de mis empleadas pasó con él todo el día trabajando mientras yo usaba el suyo para comprobar que todo estaba en orden. Y lo estaba.
El caso es que al día siguiente volví a mi puesto de trabajo y ella al suyo y ¡Zasca! Otra vez se volvió loco el “cabrito”.
Me he planteado seriamente fundar una asociación de “Negados Informáticos” o de “Personas Analógicas” porque lo mío no es normal. Además, he buscado en Internet y no soy el único al que el ordenador se le vuelve loco. Hay entradas en blogs sobre esto s en todas partes. Sin ir más lejos mirad este post que se llama Post de Ayuda a los Negados Informáticos. Tiene guasa, ¿eh?
El caso es que soy el jefe y me toman por el pito del sereno porque sentado delante del ordenador soy como un bebé, no sé nada.. Soy bueno en lo que hago, y todos mis empleados lo saben, de no ser así no habría podido ir levantando mi empresa poco a poco, pero ahora que hemos entrado de lleno en la era informática me he quedado un poco anticuado y he intentado todo, desde dar clases básicas de informática hasta acudir a esucelas para adultos con el fin de que me enseñen a navegar por Internet y el resultado, en todos los casos, ha sido nefasto. Por eso creo que no es que yo no valga para esto, es que ellos me odian. Todas las máquinas cibernéticas del mundo se han puesto de acuerdo para hacerme la vida imposible porque es que hasta el móvil se me rebela.
Si quiero mandarle un mensaje a mi hija se lo manda a mi mujer, si quiero poner el “manos libres” no hay manera y si me lo guardo en el pantalón se pone a hacer llamadas sin ton ni son a quien le sale de las pelotas. Y sí, también lo lleve al servicio técnico y no le pasa nada. La culpa, como siempre, mía.