Mi marido se ha librado de ser el administrador de nuestro vecindario, y es que al final, gracias a mí claro, convencí a los vecinos de que contásemos con los servicios de un administrador externo, no de un propietario del vecindario, porque ello trae muchos quebraderos de cabeza, y quiero a mi marido sano. Así lo hicimos, contratamos los servicios de MBR, donde sé de buena tinta que administran fincas de una forma excepcional. Hicimos muy bien en contratarles.
Cuando vivimos en una comunidad de vecinos lo normal es que la gestión de la finca lo lleve una empresa o administrador.
Los administradores cada cierto tiempo convocan reuniones con los vecinos de las fincas, y de lo que se decida en dichas reuniones los administradores deben llevarlo a cabo como puede ser la contratación de alguna empresa para la limpieza, o encargarse de ciertos desperfectos entre otras cosas.
Pero no todo es tan fácil, y es que muchas veces son los propios vecinos los que ponen mas pegas y se personan en las mismas oficinas de los administradores para trasmitir todo tipo de quejas, ya sea problemas reales de la finca, u otro tipo de problemas como puede ser entre vecinos y a los que el administrador no puede hacer nada o mas bien poco. Aunque muchas veces se impliquen en este tipo de problemas para poder quedar bien con esos vecinos pues no dejan de ser lo que les pagan, y esto no deja de ser un negocio y hay que tener a la “clientela” contenta.
Los principales cometidos de los administradores es el de contratar empresas que sean requeridas por los vecinos. Tienen el deber de mirar ofertas y presupuestos, de ver cual puede ser mejor y proponerlo en junta a los vecinos para que estos decidan por cual quedarse. Las empresas por lo general suelen ser las de mantenimiento de jardines, limpieza y en verano la contratación de empresas de piscinas y socorristas. Las hay mas complejas pues hoy en día hay urbanizaciones que tienen otro tipo de servicios como puede ser vigilantes de seguridad, zonas comunes como pista de padel y gimnasios, parques y zonas de ocio infantil…
Pero un gran problema acecha a los despachos de los administradores: y es que como el vecino de una finca, que no tiene mucho que hacer en su vida cotidiana, típico vecino quisquilloso, sepa donde esta el despacho…amigo allí lo tendrás día tras día quejándose de cualquier cosa, y que por mucho que un administrador solucione los problemas para ese vecino nunca será suficiente, pues él lo haría mejor.
Otro de los problemas que se enfrentan los administradores suele ser con las empresas que las fincas contratar para el mantenimiento de la piscina. Estos problemas duran los meses de verano, desde la apertura de la piscina hasta el cierre de la misma. Y es que una piscina es un foco de problemas y es que esos problemas terminan salpicando a la empresa administradora. Por ejemplo el problema que se crea cuando el agua esta sucia: primero hay que avisar al presidente de la comunidad, que paradójicamente nunca suele estar en casa cuando se le necesita; después se contacta con la empresa administradora y son estos quienes se ponen en contacto con la empresa que se encarga del mantenimiento del agua. El problema esta que esos vecinos que dieron la primera queja siguen esperando a su baño en pleno verano, y cuando llega la reunión o el punto relacionado con la piscina el pobre administrador carga con las culpas, con todas, hasta llegar a ser culpables de la suciedad del agua.
Sin embargo en una reunión de vecinos donde más peligro corre es a la hora de la lectura de las cuentas, y es que siempre va haber algún vecino, o varios, que no les cuadre; y ¿adivináis quién tiene la culpa de que las cuentas no cuadren? siempre es igual…
Así que un administrador aparte de tener una empresa y saber llevarla, de controlar cuentas y gestionar fincas, debe tener una gran paciencia y templanza; todo sea para tener contento y satisfechos a los vecinos.
¿veis ya por qué no quiero que mi marido se dedique a ello?, confío en la empresa contratada.