Unos restos carbonizados de comida hallados en unos antiguos hogares al noreste de Jordania, de unos 14.000 años de antigüedad, son las evidencias más antiguas de elaboración de pan en el mundo. Sabemos cuáles eran los ingredientes: cereales como el trigo, la cebada y la avena, todos ellos silvestres, y también tubérculos de una planta de la familia de la chufa y el papiro. Sabemos que molían estos ingredientes, seguramente por separado, y que los mezclaban con agua o con algún líquido para obtener una masa. No sabemos si se dejaba fermentar o no, pero una vez obtenida la masa se cocinaba. Con estos datos, no nos extrañe que el pan haya formado parte de nuestra historia y lo esté durante mucho tiempo.
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