
Vosotros no sé, pero yo cuando llegan los primeros días de buen tiempo y que empieza a instalarse el calorcillo, estoy deseando echarme al agua para refrescarme y darme un buen baño. Al tener mis padres un chalet con piscina en un pueblo de Valencia, reconozco que soy una privilegiada. Ahora que soy adulta, recuerdo con nostalgia aquellos veranos cuando nos reuníamos con mis abuelos, tíos y primos al borde de la piscina para charlar y disfrutar del frescor. Aquellos tiempos pretéritos… Claro está que con el paso del tiempo, los mosaicos de la piscina se han ido poco a poco despegando y rompiendo. Y bueno… ¡También estaban un poco pasados de moda! Así es que mis padres decidieron hace